Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“Si te ríes de un niño diferente él se reirá
contigo, porque su inocencia rebasa tu ignorancia”.
Día Mundial del Síndrome de Down.
Mira lo que encontré.
Hola amigo lector. Espero que haya dejado el coche en casa y se haya
dado a la tarea de caminar por las calles de su ciudad. En mi caso por las
calles de Iguala. Al hacerlo, me di cuenta que la ciudad cada vez sigue siendo
coaptada por el servicio público con la complacencia de Tránsito Municipal. A
los señores del trasporte se les ha antojado colocar discos por doquier que
señalan: EXCLUSIVO SITIO y le han inventado nombres: Autopuerto, Estrella de
Oro, IMSS, ISSSTE, Hospital, Funerales Gutiérrez, Santa Cruz Comercial, Soriana
y demás cosas. El colmo es que no apartan un espacio para dos unidades, sino
que se adueñan de la cuadra completa. Por ejemplo, si usted lleva en su
vehículo particular a un enfermo a las instituciones públicas de Salud, no
podrá dejarla en la puerta ya que está el famoso disco y un supuesto rectángulo
rojo en el piso, abarcando la entrada. En la Estrella de Oro fueron más allá,
no sólo del frente de la terminal, se adueñaron de la lateral de la calle
Xavier Olea y de una acera de la calle Bandera Nacional. En el IMSS se
apropiaron, además del frente de la institución, de la lateral de enfrente,
donde también pusieron su famoso disco y sus líneas rojas. En el caso de las
terminales, los que van a viajar y son llevados o recibidos por sus familiares
o amigos no tienen lugar para descender o ascender. Vaya situación, los
permisionarios de 1300 permisos de taxis, se han apropiado de las aceras y los
ciudadanos de a pie y particulares, simplemente a joderse. Y eso que en Iguala no
existían permisos para SITIOS, habían desaparecido hace varios años.
Continuando con la caminata por las calles de mi pueblo, llamado
Iguala, se puede observar (de manera cotidiana) largas filas de vehículos
automotores, abarcando sobre Galeana desde el anillo periférico hasta la calle
de Matamoros o Melchor Ocampo, mismas filas que se observan en Altamirano y
Morelos, simplemente porque los señores del transporte público se detienen en
cualquier lugar, para subir su pasaje. Si usted va caminando, probablemente en
ocasiones, le gana al tránsito de la calle y se sorprenderá, al llegar a
Melchor Ocampo o Matamoros, que las largas filas se deben a que a un solo señor
operador se le ocurrió detenerse en la bocacalle para esperar el pasaje, pese a
que el resto de esa cuadran habilitada para el ascenso o descenso se encuentra
totalmente libre, simplemente no se le antoja moverse por estar esperando
pasaje, así se llene la cuadra de bocinazos, ellos no se mueven.
Si su caminata la lleva al centro- algunos le llaman histórico- de la
ciudad, encontrará en plena acera Sur del Monumento a la Consumación de
la Independencia, negocios establecidos en automóviles estacionados. Vaya,
hasta tienen contrato de energía eléctrica. Así continúa la sarta de negocios
en la segunda calle de Aldama. Podrá ver carros que nunca se mueven y otros
tipos de negocios que tienen convertida la lateral de nuestro Monumento en un
chiquero: sucio, oliendo a aceite rancio, una asquerosidad pues y la autoridad,
bien gracias, cobrando $20 pesos de pisaje y permitiendo el deterioro del
lugar.
Ya encaminado llega Usted a la primera calle de Galeana y se encuentra
que es el estacionamiento de los vehículos que dan servicio a las colonias
Perpetuo Socorro, Juan N. Álvarez y Rastro, los cuales ocupan la totalidad de
la acera. Caso similar y que da origen a otro nudo vial, es el de la primera
calle de Altamirano en su entronque con Bandera Nacional, donde los señores,
otra vez del transporte urbano, hacen sitio. Sí, así como lo leen, los señores
operadores de la ruta 24 de Febrero y Capire se estacionan por largo tiempo para
subir pasaje, y como llegan tres o cuatro y no se mueve ninguna, se quedan
atravesadas impidiendo la circulación sobre la Bandera Nacional. Y qué decir de
la primera y segunda calle de Obregón, ahí los dueños son los mismos señores de
la Perpetuo, pero ahí los acompañan los de la Guadalupe, Zapata, Loma del
Zapatero, Pueblo Viejo, Ruffo Figueroa, Ejidal, Tierra y Libertad, generalmente
estacionados, no hay forma de moverlos y se forman las filas.
Caminando se va usted enterando de cómo surge el caos vial. Me pregunto
y seguramente se preguntará: ¿Y las autoridades encargadas del tráfico? La
respuesta: en las vías de acceso a la ciudad esquilmando al transportista desde
una camioneta de una tonelada hasta un tráiler. Y todavía se jactan de decir
que avanzaron en algo. Bueno podría ser, en su ingreso personal. Los poquitos
de a pie con un billete de nuestro Benemérito de las Américas se hacen de la
vista gorda.
De verdad, caminar enriquece. Hágalo y se dará cuenta de la inoperancia
de sus autoridades y de que, pese a su discurso triunfalista, no se ha avanzado
un ápice en el desarrollo de la ciudad. Sin temor a equivocarme, así deberán
estar muchas ciudades del país.
Algo Más…
Juárez es el más grande mexicano de la historia. No nada más por la
consolidación de la República que promovió (que ya en sí es suficiente mérito),
sino por el camino que recorrió para llegar a la más alta magistratura de
México, pues fue un niño de una comunidad muy desfavorecida y llena de
carencias, quien no habló castellano hasta los doce años de edad. Esto es
indudablemente, una historia de éxito y superación, casi imposible de repetirse
a pesar de estar en pleno siglo XXI.
Sin embargo, más que hablar de la persona, sería mejor hablar de su
legado y sus ideas.
Una de las ideas de mayor relevancia que Juárez promovió en su época,
era aquella que el funcionario público debía vivir en la “honrosa medianía”,
sin improvisar fortunas que la sociedad maldice.
Juárez hablaba de un elemento básico de cualquier República,
consistente en la igualdad de gobernantes y gobernados. Igualmente era una
profunda crítica a la corrupción. Uno de los reclamos de la sociedad actual, es
precisamente el dispendio de muchos gobernantes, funcionarios y representantes.
Muchos de ellos evidentemente no viven en esa “honrosa medianía”, sino en una
“vergonzosa opulencia”.
Ha pasado siglo y medio desde que Juárez tocó este tema. La corrupción
era en el siglo XIX tan vigente como lo es ahora. No sólo es hablar de los
desvíos de recursos que se dan en el ejercicio público; sino también de la
corrupción legalizada (o legitimada) en salarios y compensaciones que altos
funcionarios de todos los niveles y de todos los poderes perciben.
En un país donde el salario mínimo es de cuatro dólares diarios, es
obsceno que un alto funcionario gane cinco mil veces esa misma cantidad. ¿Es
ésta la honrosa medianía que promovió Juárez?
CCXCVIII.- Sigo más interesado en saber cuántos servidores públicos
están en la nómina del municipio y de esta manera saber si son aviadores en el
municipio o en otras instituciones de gobierno. Por ello, por obligación de la
Ley 207 de Información y Transparencia pronto en el portal del Ayuntamiento
deberán estar los nombres, funciones que realiza y el monto de sus salarios de
cada uno de los integrantes de la nómina municipal.
No es justo que sigamos siendo un pueblo sin servicios eficientes, pero
con más amigos del alcalde ocupando puestos improvisados y salarios
desproporcionados.
PD. Señor alcalde, coloque en las entradas de la ciudad que está
prohibido circular. Sus corruptos agentes de Tránsito detienen cualquier carro
que ose pasar por las orillas de la ciudad con la finalidad de extorsionarlo.
Usted es tan culpable como los agentes bajo su mando indirecto.