LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
Los límites del gasolinazo
Destila
pura simulación. Es una coartada política para que los partidos de izquierda
sobrevivan. En particular, el PRD. Porque el gasolinazo del
presidente Peña Nieto y el pomposamente llamado Plan de Austeridad del
gobernador Héctor Astudillo, le sirvieron al PRD para colgarse de
la protesta ciudadana. Intentar recuperar simpatías
y votos con acciones neutras y tibias, pero
vendidas como radicales. Atajar con amparos individuales y
colectivos, firmas, marchas y tomas simbólicas de algunas gasolineras, una
medida que por su carácter antipopular, movió a cientos de personas. El
problema es que fue el PRD junto con el
PAN, quienes firmaron el Pacto por México de
Peña Nieto. Y con eso condenaron a todo el país a
padecer lo que hoy es su calvario: las Reformas Estructurales del
presidente priísta. Los cómplices del pasado, no podían ser los
salvadores del presente. Y de ahí se abre lo demás.
LA SIMULACIÓN DE LA IZQUIERDA.-
Si se mira bien, la izquierda debía
concretar cuando menos dos acciones realmente radicales para revertir los
efectos del gasolinazo en la mayoría de los sectores de
la clase media y en los más empobrecidos del país. Pero no quiso. Se
lee así: 1.- La primera de ellas se asocia con el
necesario secuestro de las oficinas que
se encargan de cobrar los impuestos ciudadanos. Es
decir, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHCP). Al no poder cobrar los impuestos, era obvio
que la Federación se vería obligada a negociar con los inconformes. Y
dar marcha atrás al gasolinazo. Sin embargo, el
PRD, el MC y el PT, prefirieron organizar marchas, tomar gasolineras y
amagar con amparos y firmas colectivas, que optar por tomar las
oficinas del SAT. No porque tuvieran miedo de hacerlo,
sino por otra poderosa razón: sin impuestos por cobrar, la
Federación tricolor tampoco pagaría los ofensivos salarios de
dirigentes, líderes, senadores, Consejeros electorales, funcionarios y
diputados federales y locales del PRD. Y de otros partidos de izquierda. Por
eso se entiende que desde el inicio de las protestas, ningún destacado líder
perredista nacional del PT, MC o del PAN, apuntalaran
esa medida. Sabían y evaluaban que esa factura terminaría siendo pagada
por ellos mismos. Optaron entonces, por preservar en todo momento, sus
intereses personales y partidistas. No los de las mayorías. Con
ello, enviaron un solo mensaje: el de la simulación. 2.- La
otra acción consistía en destapar cloacas. Y a fondo. Porque
al anunciar el Plan de Austeridad en su gobierno derivado
del gasolinazo, el gobernador tricolor Héctor
Astudillo, le abrió paso a la polémica. Y a la obligada negociación con
las fuerzas políticas de la izquierda. En este carril, algunos
perredistas están demandando que todos los funcionarios del actual gabinete
estatal, reduzcan en un 20 por ciento sus salarios. Pero
el punto que más debió chamuscar al mandatario estatal,
fue la confirmación en el sentido de que la presidenta del
Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) Marisela Reyes
Reyes, gana más que él. Y en un gesto de “humildad y
solidaridad con el gasolinazo”, decidió bajar su salario en un diez por
ciento. Es decir, de 212 mil 930 pesos que gana
mensualmente, ahora recibirá solo 191 mil 637 pesos. Una
bicoca que no alcanza a cobrar el propio gobernador del Estado. Pero como los
del IEPC son funcionarios de lujo y su labor solo beneficia
a los partidos políticos, éstos últimos tienen bien blindado ha
dicho instituto. Por una poderosa razón: todas las irregularidades
electorales y financieras de los partidos políticos detectadas
por el IEPC, son silenciadas con esos generosos y abultados pagos
salariales a los consejeros electorales. Por eso mismo, ni el
gobernador mismo dice nada al respecto. Ni fija postura. El IEPC es
la caja de pandora de los partidos políticos. Se
desprenden olores fétidos de su interior. Y ahí ni
el Plan de Austeridad de Astudillo, ni las protestas de los partidos políticos
de izquierda, alcanzan a llegar. El gasolinazo tiene sus
límites dentro de la administración pública. Pero también, fuera
de ella. Los ciudadanos están obligados a desprenderse de los partidos
políticos. O seguirán formando parte de su falso y
convenenciero juego.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El corte de la Feria de Chilpancingo, fue deprimente para el alcalde priísta
de la capital, Marco Antonio Leyva Mena. Un muerto dentro y varios fuera de
ella. La seguridad pública sigue siendo el talón de Aquiles de un edil
sin visión, talento ni capacidad para la operación política.