Discapacitados se dicen rechazados
por la sociedad y el gobierno en Iguala
Personas discapacitadas, rechazadas por la
sociedad y el gobierno. (Foto: Roberto A. Márquez).
Roberto A. Márquez Añorve
Desánimo,
tristeza y mucha frustración son algunas de las emociones reflejadas en los
rostros de personas con alguna discapacidad en Iguala, ante lo que
consideran una realidad el que son un sector de población desprotegido y
marginado por los gobiernos estatal y municipal, al igual que por la sociedad
igualteca misma, por lo que a través de EDDLT hacen un llamado al cumplimiento
de los derechos y tratados internacionales.
La nota
periodística del pasado viernes, que refiere el abandono de instancias gubernamentales
para con los adultos mayores y su petición de facilitarles el libre tránsito
aun en palacio municipal, dio pie a expresiones por parte de personas con
discapacidad que aseguran que su situación es mucho peor que la de
los abuelitos, al vivir en un lugar donde el abandono y la marginación son el
pan de cada día por parte de los gobiernos y la sociedad.
Pidiendo
alzar la voz por todos por ser una causa común y no particular, expresaron
que la rampa que piden los adultos mayores en la entrada de Hidalgo, a petición
de ellos, el director de atención a personas con discapacidad Martín Román
Avilés hizo la solicitud a presidencia de donde de inmediato instruyeron se
hiciera, acto seguido personal de obras públicas fueron a
medir, esto ya hace ya más de tres meses, "jamás
volvieron".
Dicen
sentir que la marginación es también por parte del gobierno del estado, que el
pasado viernes organizara una feria del empleo en la capital en donde se
ofertaron oportunidades de trabajo para personas con alguna discapacidad,
"teníamos la esperanza de ir pero no sabemos que pasó" dijo quejoso,
siendo al cuestionar al Román Avilés cuando se supo que fue solo para
discapacitados con carrera profesional y en Iguala los que más estudiaron es
secundaria, por no tener, como ahora, oportunidades.
Refirieron
que compromiso de campaña y luego de gobierno por parte del Gobernador y
Presidente Municipal, Héctor Astudillo Flores y Esteban Albarrán Mendoza,
respectivamente, fue defender los derechos y brindar mejores oportunidades a este
vulnerado sector de población, de los que si bien hay buenas
intenciones y pequeños avances, no son suficientes para
sus necesidades y más en una sociedad
"anárquica" que se niega a respetar sus derechos humanos
elementales como son respetar los espacios destinados a ellos, tanto
como su libre tránsito.
En
información obtenida por este medio informativo, se supo que en la
campaña de EAM se estableció el acuerdo verbal de crear la dirección de
atención a personas con discapacidad y dar empleo a cuatro discapacitados. A la
fecha no existe contrato alguno, varios de éstos por voluntad propia hacen sus
servicios para con sus compañeros. En tanto que Román Avilés fue nombrado
encargado de despacho, sin embargo no hay documento que lo respalde y ni siquiera
aparece en el portal oficial.
En
fecha reciente, les entregaron credenciales que si bien son de reconocimiento
nacional, en Iguala solo sirven para descuentos en dependencias del gobierno
municipal, no en tiendas, farmacias, médicos, en transporte público ni en otros
servicios como ocurre en muchas ciudades, aun dentro del estado de Guerrero.
El
planteamiento hecho en el foro de reforma al reglamento de tránsito que refiere
a la creación del grupo de vigilancia a los espacios destinados a ellos, no
solo no hay respuesta aun, sino además es vulnerada por las propias autoridades
como es un comandante de motociclistas de tránsito quien no solo hace invadir
la rampa frente a Palacio con vehículos que retiene, sino que además amenaza
con sancionar a las agentes de tierra si no acatan su orden.
De
acuerdo a lo establecido en tratados internacionales y en la misma ONU
(Organización de Naciones Unidas) los derechos humanos son universales,
políticos, civiles, económicos, sociales y culturales, pertenecen a todos los
seres humanos, incluyendo a la personas con distintas discapacidades. Las
personas discapacitadas deben gozar de sus derechos humanos u libertades
fundamentales en términos iguales con otros en la sociedad, sin discriminación
de ningún tipo.